26 jun 2013

La Iluminación: El Ideal Del Desarrollo Humano Parte 3




Capitulo 3 - El Significado de la Comunidad Espiritual 




   En el primer capítulo hablamos de algo muy sublime, nada menos que del Ideal de la Iluminación Humana.

   En el segundo capítulo hablamos de experiencias bastante avanzadas, bastante elevadas, experiencias a las que tal vez no tienen acceso todos, por lo menos no por el momento.

  Pero en este tercer capítulo, hablaremos de algo muy práctico, algo que puede ser relevante para cualquier persona. En esta parte hablaremos del significado de la comunidad espiritual y esto lo haremos simplemente a través de las siguientes preguntas: ¿Quiénes son los miembros de la comunidad espiritual? ¿Dónde podemos encontrar la comunidad espiritual? Y ¿qué es lo que hacen los miembros de la comunidad espiritual para sí mismos y para el mundo?

Antes de responder estas preguntas quisiera aclarar un posible malentendido acerca de la palabra espiritual. Hablamos de la comunidad "espiritual", la vida espiritual y la práctica espiritual, pero surge la pregunta ¿qué queremos decir con la palabra espiritual? Esta palabra se usa muy a menudo y tal vez con significados diferentes; algunas veces se usa en un sentido poco preciso y hasta vago, para disfrazar una pobreza general del pensamiento, o para expresar un sentimiento de inspiración muy vago. Por esta razón es necesario que aclaremos el sentido auténtico del término.
El uso que yo le doy al término, se puede contrastar tanto con lo psicológico como con lo mundano. Lo psicológico, dentro de este contexto, señala aquello que pertenece a estados mentales en general, incluyendo procesos y funciones mentales. Lo espiritual, más específicamente, habla de lo que se conoce como estados mentales diestros.
Ahora bien, esto nos lleva a preguntar ¿qué se quiere decir con el término diestro? Después de todo este término es bastante común en la literatura budista; de hecho la palabra diestro con su opuesto, torpe, conforman un área muy importante en todo el campo de la psicología y la ética budistas. El término torpe aquí está asociado con la ignorancia, el odio y la avaricia; mientras que el término diestro denota la ausencia de la ignorancia, el odio y la avaricia. Si lo expresamos de una forma más positiva, podemos decir que los estados mentales diestros son aquellos que se encuentran asociados con la tranquilidad y la satisfacción mental, la amistad, el amor y la sabiduría.
Se puede notar que en la literatura budista no se habla de "bueno" y "malo"; no se usan palabras como "pecado" o "vicio" como en el cristianismo. Cuando habla con precisión, usando sus propios conceptos filosóficos, lo hace en términos de lo que es diestro y de lo que es torpe. Este enfoque sugiere varios aspectos importantes; por ejemplo, que las buenas intenciones no bastan, que la "buena vida" debe incluir sabiduría y claridad mental. Por lo tanto, en el budismo no encontramos la figura del "Santo Tonto"; en el budismo esto sería una contradicción. El uso de la palabra perspicacia, también sugiere que si caemos en su opuesto, en la torpeza, nos enfrentamos con dificultades e incluso con sufrimiento; de la misma forma que cuando no sabemos usar un cuchillo, terminamos cortándonos.
Los tres vocablos: avaricia, odio e ignorancia, son traducciones de los términos originales en pali y sánscrito, las lenguas originales de la India, sin embargo, no nos dan una idea clara del significado real de los términos originales. Una fuente tibetana puede darnos una descripción más extensa y detallada. Según esta fuente, la avaricia es el deseo vehemente de poseer objetos sensuales agradables, tratando de incluirlos en nuestra identidad del yo, con la esperanza de obtener una sensación de seguridad al formar parte de nuestro yo. El odio se define como el rechazo basado en el temor y la cólera que nos conduce a separarnos de objetos que nos resultan desagradables, tratando de excluirlos de nuestro ego, con la esperanza de obtener una sensación de seguridad. Finalmente, la ignorancia se define como la insistencia en no entender cualquier cosa que parece amenazar nuestra identidad, ya que representa un peligro para nuestra seguridad; creemos que al permanecer ignorantes preservaremos cierta sensación de seguridad. Estas tres definiciones, aunque han sido resumidas, son bastante importantes y tienen un gran alcance.
Con la ayuda de estas tres definiciones, podemos comenzar a entender lo que es la comunidad espiritual. Una comunidad espiritual es aquella que fomenta en sus miembros el desarrollo de estados mentales positivos, diestros, considerados el mejor ideal posible para todo ser humano, en lugar de estados mentales negativos, torpes.
Asimismo, la vida espiritual es una vida dedicada al desarrollo de estados mentales diestros en el sentido más sublime; es una vida enteramente basada en el desarrollo y la expresión de estados mentales diestros, de paz y satisfacción mental, amistad y sabiduría. La práctica espiritual constituye así, cualquier método o ejercicio, cualquier observancia que conduce a erradicar estados mentales torpes y a desarrollar estados mentales diestros.
Esta distinción entre estados mentales diestros y torpes puede servirnos de base para diferenciar varios niveles de experiencia. En primer lugar, existe un nivel de conciencia en donde solo encontramos estados mentales torpes; en segundo lugar, existe un nivel de conciencia en donde solo encontramos estados mentales diestros; y tercero, existe un nivel de conciencia en donde encontramos una mezcla de ambos. Además puede verse que estos tres niveles de conciencia corresponden con los tres planos de la existencia. Así, en orden ascendente, tenemos primero lo que podemos llamar el plano mundano; este es el plano de la existencia donde los seres están motivados total o parcialmente, por pensamientos de avaricia, odio e ignorancia. Es un estado en el que los seres actúan con torpeza, es decir, causan daño a otros seres, toman lo que no les pertenece, dan expresión a deseos sexuales de explotación, hablan falsedades, con malicia y crueldad, van creando discordia entre la gente, hablando sin sentido y estableciendo diálogos frívolos e inútiles. Este es pues, el plano de la vida mundana.
El plano donde encontramos una mezcla de estados mentales diestros y torpes es el plano de conflicto, de lucha y de esfuerzo. Es el plano donde los estados diestros y torpes están más o menos en equilibrio. En este encontramos a las personas que se han embarcado en la vida espiritual, aquellos que han empezado a tratar de evolucionar. De la misma forma que un anfibio es una criatura que vive parte del tiempo en el agua y parte en la tierra, las personas que se encuentran en este plano mixto, son anfibios en un sentido espiritual. Estas personas a veces se comportan de una forma bastante mundana y a veces de una manera bastante espiritual.
En tercer lugar está el plano espiritual. En este plano los seres están motivados exclusivamente por pensamientos diestros: motivados por la fe, la energía y la compasión, por la felicidad y la lucidez de conciencia. En este plano las acciones son generosas y puras, se dice la verdad de una forma afectuosa y amable, se promueve la armonía y la concordia, y todo aquel que escucha se beneficia.
Como puede haberse notado a lo largo de este libro, el budismo habla de cuatro niveles de conciencia: la conciencia asociada con el plano de la experiencia sensual, la conciencia asociada con el plano de las formas mentales y espirituales, la conciencia asociada con el plano de la no forma y, finalmente, la conciencia asociada con el camino trascendental y con el Nirvana. Lo que aquí hemos llamado el "mundo", corresponde entonces al plano de la experiencia sensual, y lo que hemos llamado el plano espiritual corresponde al plano de la forma mental y espiritual, junto con el plano de la no-forma. A veces la palabra espiritual se usa de tal manera que incluye en su significado el plano Trascendental, pero yo prefiero mantener una distinción clara entre lo espiritual y lo Trascendental.
Si vivir en el mundo significa estar motivados por pensamientos torpes, hablar palabras torpes y actuar torpemente; y si la vida espiritual consiste en la erradicación progresiva de estados mentales torpes, el desarrollo de estados mentales diestros, y finalmente en sentirnos completamente motivados por tales estados, entonces está claro, que cuanto más nos dediquemos a la vida espiritual, menos viviremos en el mundo. Esta separación, este abandono del mundo, puede ser solo mental, sin embargo también puede estar acompañado de la separación física. La gente a veces pregona que disociarse de algo a un nivel mental, y que el disociarse física y verbalmente no es importante, sin embargo, muy a menudo no sabemos si nos hemos disociado realmente de algo hasta que nos hemos separado materialmente de ello. En el budismo esta separación material del mundo se conoce tradicionalmente como "Ir hacia Delante"; la renuncia de la vida hogareña a cambio de la vida errante. Esta consiste esencialmente en abandonar las actitudes mundanas, los estados mentales torpes. Pero esta no es una tarea fácil, sobre todo si la gente que nos rodea está inmersa y da rienda suelta a tales estados mentales, dándole expresión a través de palabras y acciones torpes, y aún más, esperando que uno lo haga también. Así que surgen tensiones y conflictos, en tanto que nosotros estamos tratando de cultivar y desarrollar pensamientos diestros, otros están dejándose llevar por pensamientos torpes, hasta que un día, o una noche, decidimos que no podemos tolerar más dicha tensión. Decidimos liberarnos de esa tensión, de ese conflicto, queremos ser libres para valernos por nuestros propios medios, libres para desarrollarnos a nuestra manera, diestramente, así que dejamos todo, nos marchamos, vamos hacia delante.
En la tradición budista tenemos un ejemplo clásico de este Ir a solas hacia Delante. Esto es lo que se conoce como el acto de Ir hacia Delante del Buda mismo. Si conocemos, por lo menos a grandes rasgos la historia del Buda, sabremos que Sidarta, como él se llamaba entonces, nació dentro de la orgullosa tribu guerrera de los Shakyas. Al provenir de una familia rica y aristocrática, se encontraba en la privilegiada posición de satisfacer cualquier deseo que pudiera tener. Tenía todo cuanto pudiera desear y que el mundo pudiera ofrecer: salud, juventud, fuerza, riquezas, posición social o educación. Contaba con muchas diversiones, amigos y un extenso círculo social; también contaba con una esposa y un hijo. Pero a pesar de que tenía todo, su familia no le podía dar lo que el más anhelaba. Y aunque él quizás no lo sabía a esas alturas, lo que realmente quería era algo espiritual, algo Trascendental; por consecuencia sentía que la vida mundana le oprimía cada vez más, y así un día, decidió dejarlo todo.
Esperó que llegara la noche, cuando todos se encontraban dormidos montó su caballo favorito y se marchó, dejando atrás su palacio, su hogar. Se dice que estaba acompañado de un sirviente fiel que iba corriendo al lado del caballo. Sidarta cabalgó hasta que amaneció y llego a la orilla de un río, que marcaba la frontera del territorio de su padre. Entonces desmontó, se corto el cabello y se afeitó con su espada, intercambiando su atuendo con un pordiosero que pasaba por allí. Finalmente mandó a su caballo y al sirviente de regreso a casa y continuó su camino a solas. Y esto es lo que se conoce como el "Ir Hacia Delante", en este caso de Sidarta, que posteriormente se convirtió en el Buda. También se le conoce como la "Gran Renunciación", y para los budistas este es el clásico ejemplo de acto de Ir hacia Delante, no solamente de una forma mental, sino también en un sentido textual, con el cuerpo, el habla y la mente. Incluso se podría decir que el acto de Ir hacia Delante del Buda es el arquetipo del Ir hacia Delante. Después de todo, Sidarta no es el único que ha Ido hacia Delante, sino que mucha gente lo hizo en los tiempos del Buda y en todos los períodos de la historia; no solo en el pasado, sino también en el presente. Quizás por el simple hecho de estar leyendo este libro también estamos Yendo hacia Delante -no en un sentido literal, sino mentalmente: Ir hacia Delante dejando atrás algunas de nuestras actitudes mundanas, algunas de nuestras formas convencionales de pensar, y dejando atrás ciertas actitudes colectivas.
¿Pero qué sucede cuando Vamos hacia Delante? Muy a menudo, por supuesto, no pasa nada. Muy a menudo simplemente continuamos Yendo hacia Delante de una forma indefinida, permaneciendo a solas. Sin embargo si somos "afortunados", algo pasa: empezamos a conocer a otros que han Ido hacia Delante, en la forma en que nosotros lo hemos hecho. Más aún, la gente que empezamos a conocer no es solo gente que ha dejado cosas atrás, sino que al Ir hacia Delante se ha comprometido a seguir un camino espiritual, e incluso comprometido con lo Trascendental. En otras palabras hemos encontrado en este momento la Comunidad Espiritual.
Podemos estar pensando ahora que nos ha llevado mucho tiempo llegar al punto de la Comunidad Espiritual; sin embargo esto es lo que generalmente sucede en la práctica. Sidarta mismo, nunca se encontró con la comunidad espiritual; por lo menos no durante su período de Ir hacia Delante. Tuvo que formar una después de alcanzar la Iluminación. Sin embargo nosotros somos mucho más afortunados, ya que contamos con la oportunidad de encontrar una Comunidad Espiritual; ¿pero qué es la Comunidad Espiritual?
¿Quiénes son los miembros de la Comunidad Espiritual?
Brevemente podemos decir que los miembros de la Comunidad Espiritual son individuos que han Ido al Refugio. Son individuos que se han comprometido a lo que se conoce como "Las Tres Joyas". Antes de decir más acerca de las Tres Joyas, me gustaría explorar el término "individuo". Los individuos en la Comunidad Espiritual son personas que han tomado una decisión de una forma individual e independiente. Han aceptado la responsabilidad de su propia vida y han decidido que quieren desarrollarse y crecer como seres humanos. Por lo tanto, la Comunidad Espiritual no es un grupo en el sentido común y corriente; no es algo colectivo con una mente o alma colectiva. No posee una identidad colectiva en la que uno pierde su identidad propia o en la que se sumerge. La comunidad Espiritual es una asociación voluntaria de individuos libres, que están vinculadas por su compromiso a un ideal, el ideal de las Tres Joyas.
Las Tres Joyas son, en primer lugar, el Ideal a la Iluminación Humana; en segundo lugar el Sendero a la Evolución Superior, que está constituido por el Sendero de niveles de conciencia sucesivamente más altos, desde la auto-conciencia hasta la Conciencia Absoluta; y la tercera de las Joyas es la Comunidad Espiritual misma. La Comunidad Espiritual está formado, por lo tanto, por todos aquellos que, con el objeto de alcanzar la Iluminación, se han dedicado al desarrollo de estados mentales diestros. En el sentido más elevado, la tercera Joya es lo que llamamos la Comunidad Trascendental: es la parte de la Comunidad Espiritual que no sólo ha Ido al Refugio, que no sólo ha desarrollado estados mentales diestros, sino que también ha alcanzado el nivel de la Visión Clara: que ha visto por lo menos por un momento la Realidad cara a cara. Los miembros de esta comunidad han roto las tres barreras primeras, como se les llama a éstas, y que atan al ser humano a la existencia condicionada. Los miembros de esta comunidad están dispuestos a morir con el objeto de renacer espiritualmente. Su práctica del Sendero es una entrega total, sin ningún tipo de reservas.
En términos budistas más tradicionales, a las Tres Joyas se les conoce como la Joya del Buda, la Joya del Dharma y la Joya de la Sangha. Se les denomina Joyas debido a que, hasta tiempos recientes, las joyas han representado lo más valioso entre los objetos materiales. De esta forma las Tres Joyas representan lo más valioso en un sentido espiritual; representan los más altos valores de la existencia humana.
En términos más concretos, los miembros de la Comunidad Espiritual son todos aquellos que han recibido la ordenación, usando esta palabra de una forma provisional. Sus miembros se han comprometido a las Tres Joyas, por medio de la mente, el habla y el cuerpo, de una manera completa, con todo su ser. Incluso este compromiso ha sido reconocido por los miembros de la Comunidad Espiritual, especialmente por un miembro experimentado. Se han comprometido a la observación de ciertos preceptos morales. Los miembros de la Comunidad Espiritual, en este sentido, pueden ser de cualquier edad, jóvenes o mayores, hombres o mujeres, con estudios avanzados o sin ellos. Pueden ser personas que estén viviendo en casa con su familia, o puede que hayan Ido hacia Delante en un sentido literal. Pueden ser personas laicas o estar siguiendo un estilo de vida monástico. Y pueden encontrarse en diferentes niveles de desarrollo espiritual, sin embargo, todos ellos habrán Ido al Refugio comprometiéndose a las Tres Joyas, pasando a ser así todos, de igual manera, miembros de la Comunidad Espiritual.
¿Dónde se puede encontrar a la Comunidad Espiritual?
Podemos encontrarla dondequiera que haya individuos que estén Yendo al Refugio; en especial se encontrará dondequiera que dichos individuos estén en contacto personal y se estén reuniendo con regularidad. Obviamente, este contacto no es simplemente algo social, sino espiritual e incluso, podríamos decir, existencial. Donde haya miembros de la Comunidad Espiritual viviendo bajo el mismo techo estarán formando una Comunidad Espiritual residencial. Las comunidades espirituales residenciales pueden ser de varios tipos, por ejemplo, pueden ser monásticas o semi-monásticas (en lo personal no me gusta el término monástico, ya que no es una expresión budista, pero es difícil encontrar un término adecuado). La comunidad espiritual residencial, ya sea monástica o semi-monástica, puede ser una comunidad de hombres o mujeres; en cualquier caso, los miembros de la comunidad viven juntos bajo condiciones relativamente ideales: con frecuencia en un sitio tranquilo y algo apartado, dedicándose principalmente al estudio, la meditación y el desempeño de un trabajo, que generalmente toma la forma de una cooperativa.
En algunas partes del mundo budista se ha identificado a la Comunidad Espiritual con la comunidad monástica de una forma exclusiva, e incluso con la comunidad monástica en un sentido estricto. Sin embargo esto constituye un gran error; la Comunidad Espiritual está formada de todos aquellos que están Yendo al Refugio.
¿Qué hacen los miembros de la Comunidad Espiritual para sí mismos, para cada cual y para el mundo?
Para sí mismos, se puede decir que, ante todo, ellos llevan a cabo su práctica espiritual de forma individual. Continúan estudiando, meditando, haciendo un trabajo ético, observando los preceptos, por mencionar algunos ejemplos. Más específicamente, sin embargo, es más difícil explicar lo que los miembros de la Comunidad Espiritual hacen como miembros de dicha comunidad, debido a que no es algo que hacen sino algo que son. No obstante es posible decir una cosa: un miembro de la Comunidad Espiritual se ha puesto en una posición que le permite relacionarse con otros con bases puramente espirituales, o por lo menos predominantemente de este tipo; es decir, basándose en un ideal espiritual común o un compromiso espiritual común.
¿Qué significa esto? Nos encontramos con gente todo el tiempo, ya sea en nuestra casa, en un club, en un bar o donde sea; y nos relacionamos con estas personas de muchas formas diferentes. Generalmente, nos relacionamos con ellos basados en nuestras necesidades, a pesar de que éstas pueden ser mutuas. Algunas veces estas necesidades son sexuales, económicas o sociales, pero a fin de cuentas éstas siguen siendo necesidades; por lo que la relación con frecuencia es interesada, incluso mutuamente interesada. Claro está que muchas veces nos cuesta trabajo admitir esto, o admitir lo que realmente queremos de las otras personas. En ocasiones ni siquiera somos conscientes de lo que realmente estamos buscando. Esto significa que con demasiada frecuencia nuestras relaciones con otros son deshonestas, o por lo menos confusas. Significa que dan lugar a malentendidos mutuos y  justificaciones.
Por otra parte, dentro de la Comunidad Espiritual no nos relacionamos con los demás de este modo. Dentro de la Comunidad Espiritual se propicia una situación en la que todos queremos desarrollarnos espiritualmente, ya que todos estamos Yendo al Refugio. Por lo tanto nos relacionamos basándonos en nuestro compromiso e ideal comunes; nos relacionamos basándonos en nuestro interés común más elevado. Si nos relacionamos con otros de esta manera entonces los experimentamos de una manera diferente: los percibimos como seres espirituales. Debido a que vivenciamos a otros como seres espirituales, nos experimentamos a nosotros mismos como seres espirituales también. De esta forma se acelera el paso del desarrollo espiritual y nos experimentamos a nosotros mismos de una manera más auténtica y más intensa.
En términos más coloquiales, dentro de la Comunidad Espiritual podemos manifestarnos como somos en nuestro estado más positivo y virtuoso. Con frecuencia, cuando se habla de "ser uno mismo", se está haciendo referencia a ello en el sentido de ser uno mismo en sus peores aspectos; se refiere a mostrar el lado nuestro que no queremos reconocer. Sin embargo el ser uno mismo puede significar mostrar lo mejor de sí. Dentro de la Comunidad Espiritual podemos mostrar este lado, y si es necesario nuestro peor lado también, pero podemos ser nosotros mismos por completo y de una manera perfecta.
En el contexto de la vida común y corriente esto ocurre en pocas ocasiones, como todos sabemos. E incluso ni siquiera llega a suceder con las personas más cercanas a nosotros y con los que queremos más: con nuestro padre y madre, con nuestro esposo y esposa, con nuestros amigos. En ocasiones no podemos realmente ser nosotros mismos con relación a ciertos temas. Mucha gente pasa su vida sin poder ser ella misma con nadie, de una manera continua y completa, por lo que halla difícil experimentarse tal y como es.
Dentro de la Comunidad Espiritual podemos ser nosotros mismos con muchas personas. Podemos estar con cinco, seis, diez o doce personas, siendo nosotros mismos -y quizás con hasta cuarenta, cincuenta o sesenta personas presentes-. Para la mayoría de la gente esto es inaudito, sin embargo sucede dentro de la comunidad espiritual, ya que en ella nos relacionamos con los demás partiendo de lo mejor de nosotros mismos.
Por lo tanto, dentro de la comunidad espiritual experimentamos un gran alivio y un gran gozo; sin tener que ocultarnos. Podemos ser nosotros mismos con otros que están siendo ellos mismos también; hay una claridad completa entre la gente sin tener que preocuparnos de malentendidos. En una situación como ésta, es natural que nos desarrollamos más rápidamente de lo que sería posible de otra manera. Entonces, por el simple hecho de ser miembros de la Comunidad Espiritual logramos hacer bastante por nosotros mismos; podemos hacer esto al ser miembros activos de ella, ya que no hay miembros de ningún otro tipo.
¿Qué hacen los miembros para cada cual? Se ayudan unos a otros en todas las formas posibles; se ayudan unos a otros en un nivel espiritual, en un sentido psicológico, económico e incluso en asuntos relacionados con la vida diaria. Voy a mencionar dos formas en las que se ayudan entre sí los miembros de la comunidad espiritual que son de particular relevancia.
He dicho que dentro de la comunidad espiritual nos relacionamos sobre la base de nuestro compromiso e ideal comunes; pero esto no siempre es fácil. Mucha gente se une a la comunidad espiritual; gente que cuenta con antecedentes históricos muy diferentes, con distintas personalidades y formas de ver la vida. Hallamos que es fácil llevarnos bien con algunos de ellos mientras que con otros no es tan fácil. Incluso llegamos a descubrir, con horror, que hay ciertas personas en la comunidad espiritual que nos disgustan. ¿Qué hacemos en tales circunstancias? No queremos irnos de la comunidad espiritual ni tampoco podemos pedirles a estas personas que se vayan; lo único que podemos hacer es trabajar unidos en nuestras dificultades. Tenemos que reconocer que lo que tenemos en común es mucho más importante que lo que tenemos en contra; y tenemos que aprender, algunas veces en forma dolorosa a relacionarnos con ellos basándose en lo que tenemos en común. De esta manera, los miembros de la comunidad espiritual se ayudan entre sí para resolver las antipatías puramente subjetivas, así como sus limitaciones ayudándose unos a otros a relacionarse basándose en lo que tienen en común y que se encuentra en un plano más elevado.
La vida espiritual no es algo fácil; no es muy sencillo erradicar pensamientos torpes y desarrollar pensamientos diestros. Algunas veces nos apetece darnos por vencidos y dejar todo. Incluso llegamos a sentir que es demasiado para nosotros, que es ir demasiado cuesta arriba, que hay demasiadas dificultades. Puede que sintamos ganas de irnos de la comunidad espiritual, y en ocasiones como éstas, los miembros de la comunidad se ayudan entre sí, se dan ánimos y se inspiran mutuamente. Quizás esto es lo más importante: animarse unos a otros cuando se atraviesa por dificultades y tropiezos, incluso cuando alguien se siente deprimido, como a veces sucede. Cuando pasamos por una crisis de este tipo es agradable tener cerca a miembros de la comunidad espiritual, los que de una manera sincera desean nuestro bienestar espiritual.
Finalmente ¿qué es lo que hacen los miembros de la Comunidad Espiritual por el mundo? En primer lugar me gustaría aclarar una cuestión: los miembros de la Comunidad Espiritual no están obligados a hacer nada por el mundo. Aquí la palabra operativa es "obligados". Cualquier cosa que hagan, la harán de manera libre y voluntaria; la harán incluso como parte del proceso de su desarrollo espiritual. Dicho de otro modo, la comunidad espiritual no tiene que justificar su existencia en el mundo; no tiene que demostrar que produce mejoras sociales, económicas, que es de ayuda al gobierno de un país, o que produce beneficios en un sentido material.
En general los miembros de la Comunidad Espiritual hacen dos cosas por el mundo. Podríamos decir que es algo positivo para el mundo que la Comunidad Espiritual esté simplemente allí, que haya gente dedicada a la vida espiritual y que esté tratando de desarrollar estados mentales diestros. Es bueno porque ayuda a desarrollar una atmósfera más sana.
En segundo lugar, los miembros de la Comunidad Espiritual ayudan al mundo construyendo un puente entre el mundo y la Comunidad Espiritual o por lo menos edificando los escalones. Un equipo de cinco o más miembros de la Comunidad Espiritual se unen para conducir diversas actividades que favorecen el desarrollo de estados mentales diestros y que ayudan a la gente a evolucionar y trasladarse de un plano terrenal al plano mixto y quizás hasta del plano mixto al plano espiritual. Conducen clases de meditación, retiros, conferencias, clases de yoga, cursos de comunicación humana. Todas éstas están abiertas para todo aquel que quiere aprovecharlas.
De esta manera los miembros de la Comunidad Espiritual, aquellos individuos que se han comprometido al ideal de la Iluminación Humana, a alcanzar de niveles de conciencia más elevados y a la penetración de la verdad; ayudan al mundo a desarrollar pensamientos cada vez más diestros, emociones de amor, alegría y comprensión, conociendo por sí mismos el significado de la Comunidad Espiritual.



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